Aspectos volitivos del entrenamiento deportivo

Julián Garrido
 A la luz de este incipiente y acelerado siglo, con los nuevos hallazgos científicos y la utilización de novísimas y sofisticadas tecnologías, hace que el deporte actual se someta ineludiblemente y de forma más persistente a los estudios de laboratorio y de la aplicación de procedimientos científicos impensables pocos años atrás. Esto desde un punto correctamente ético, en contraposición con el uso de esos mismos instrumentos para obtener resultados en forma fraudulenta.
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 En el acontecer deportivo, el rendimiento atlético se califica por los resultados deportivos obtenidos, son ellos los que en forma general señalan el nivel de competitividad del atleta, pero ¿Cómo lograr que los resultados obtenidos sean el resultado del trabajo efectuado durante un período determinado? esta pregunta parece contradictoria, porque se entiende que un atleta que siga un plan de entrenamiento adecuado deba rendir en forma proporcional a éste y no debería existir ninguna duda al momento de hacer estimaciones sobre su posible actuación.
 Es de destacar, que en términos agonísticos, la competencia se define como la acción de vencer a un adversario, un récord o así mismo, en esta acción convergen diversos factores endógenos y exógenos que inciden significativamente.  Los factores exógeno son de mayor dificultad  al momento del control por razones obvias, pero los endógenos son susceptibles de ese control, siendo allí donde se requiere mayor atención.
Así mismo, la Teoría de Entrenamiento establece varios principios que deben ser cuidadosamente atendidos al momento de confeccionar un buen plan de entrenamiento (progresividad, continuidad, supercompensación, sobrecarga, entre otros), sin embargo toda esa cientificidad del entrenamiento pierde importancia cuando no existe una verdadera capacidad volitiva en el atleta, es decir, no existe una voluntad manifiesta de la obtención de las metas propuestas. Es allí donde reside el punto neurálgico en la consecución del logro del objetivo deportivo.
Así emergen otras interrogantes ¿Qué hace posible ese extra de adrenalina en la competencia? ¿Cómo se explica que un atleta a punto de desfallecer, conserve sus deseos de cruzar la meta? ¿Qué diferencia hay ente un campeón del resto de los atletas?  Felice Gimondi, ciclista italiano campeón mundial de ruta profesional de la década de los años setenta, decía sobre el belga Eddy Merck, su consecuente adversario en la carreteras y quizás el mejor ciclista de todos los tiempos, que éste podría haber sido campeón en cualquier deporte porque poseía un talento natural que pocos seres humanos poseen. El deseo de triunfo hace posible grandes esfuerzo, que algunas veces, fuera de la competencia no son comunes de realizar. El deseo de triunfo forma parte de la personalidad y ese deseo promueve esa misma actitud en otras personas.
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De tal manera, que un esfuerzo extra es impulsado mayormente por fuertes motivaciones hacia la consecución del logro. Esas motivaciones pueden responder a una actitud propia de superación y reforzada por variables externas, como la familia o el público. Esta actitud conlleva simultáneamente a una adaptación del comportamiento que se traslada a una forma particular de responder frente a las vicisitudes de la vida y adicionalmente, mejora la capacidad de resolución de problemas intradeportivos y extradeportivos.
En este contexto, Steven Kerr, entrenador de Golden State Warriors, refiriéndose a Michael Jordan y diferenciándolo de Stephen Curry, dice Era física y emocionalmente dominante. Él me dio la sensación de que todo el mundo le tenía miedo: los rivales, los árbitros, incluso sus compañeros de equipo. Él era tan dominante que con solo su presencia ya marcaba territorio. Además de sus excelentes cualidades atléticas, Jordan ostentaba en su juego diario una perenne actitud con una fuerte carga emocional, un deseo irreductible de triunfo, el cual se fortalecía en las situaciones más complicadas.
De allí, que se habla de un aspecto «invisible» del entrenamiento, aquel que emerge en ciertas situaciones, generalmente en las situaciones más difíciles. Esa invisibilidad se refiere a su carácter fundamentalmente cualitativo, el cual no se puede estudiar con los métodos tradicionales de las llamadas ciencias formales como la matemática y la lógica, sino en el ámbito de las ciencias sociales a través de métodos cualitativos o socio críticos, como en la psicología y la sociología.
Por consiguiente, es fundamental dedicarle mucha atención al entrenamiento como un todo indivisible, en el cual cada uno de sus elementos constitutivos funciona en forma sinérgica e interdependiente. Al igual que el motor de un vehículo, el cual limitaría su funcionamiento ante la falta o deterioro de alguno de sus componentes. Son tan importantes  las capacidades físicas básicas, fuerza, velocidad, resistencia o movilidad; como la “Inteligencia Múltiple” de Gardner, con su inteligencia corporal o cinética; o el asalto emocional en la “Inteligencia Emocional” de Goleman.
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Es de resaltar, que el mejoramiento del poder volitivo del atleta se logra a través de la utilización de la metodología adecuada para lograr la optimización de este aspecto esencial en la capacidad agonística del atleta. Este razonamiento holístico es esencial para la comprensión del entrenamiento como un sistema, en el cual cada uno de sus componentes elementales se relaciona en una fuerte interacción endógena y exógena.
También se debe destacar que, en un sistema, mientras más interacción haya entre sus elementos constitutivos, más complejo será; pero al mismo tiempo esa mayor complejidad le dará mayor estabilidad. Es decir, un plan de entrenamiento que considere un mayor número de variables aptitudinales y actitudinales será más complejo, pero al mismo tiempo los resultados serán más sostenibles o estables, lo cual conlleva a una predictibilidad más exacta.
En conclusión, la planificación del entrenamiento deportivo es un sistema, es interdisciplinaria, es compleja, su concepción se ubica tanto el ámbito cuantitativo, como cualitativo. Es necesario la comprensión del hombre como conjunción indivisible cuerpo y mente. Los procesos mentales conscientes y subconscientes, controlan y son responsables de coordinar todos los sistemas del cuerpo humano y sus funciones. El entrenador, en un ejercicio interdisciplinario, concibe la planificación del entrenamiento como un entramado de diversas disciplinas científicas aplicadas en forma armónica dentro de las ciencias naturales y sociales. Se reconoce el potencial del aspecto volitivo, como instrumento decisivo a lo largo del plan de entrenamiento, para extraer el mejor rendimiento de la fisiología del atleta. Así como el entrenador deportivo se apoya en especialistas de las ciencias naturales, como médicos, fisiólogos y nutricionistas, entre otros; también debe hacerlo con profesionales de las ciencias sociales, como psicólogos deportivos entre los más importantes.

juliangarr@yahoo.com

Deporte para Todos versus Deporte de Rendimiento

Deporte para Todos versus Deporte de Rendimiento

Julián Garrido

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El hecho deportivo ocupa cada vez más un espacio importante en el mundo actual, la Sociología reconoce y resalta la significancia de la actividad deportiva y su función multilateral en la sociedad actual. El deporte es sinérgico con los valores en los que se fundamenta la formación ciudadana, la incidencia de la actividad física en la vida moderna es significativa y se ha convertido en una actividad seguida, practicada u observada por millones y millones de personas, El deporte puede considerarse como un elemento aglutinador de las masas, representa un fenómeno social desde los albores del Siglo XX.

El deporte no sólo es importante para quienes actúan en él, también lo es para un número muy significativo de personas que lo oyen, observan o lo siguen directamente a través de la prensa, radio, televisión o redes sociales.  El deporte constituye uno de los fenómenos sociales más trascendente en el transcurso del Siglo XX, a pesar de haber ocurrido en ese lapso dos guerras mundiales.

Es tanta su incidencia del deporte en las personas, que la actividad deportiva activa o pasiva (el espectador), genera pasiones y descargas emocionales que devienen en mimetismos ideales de los personajes deportivos. El deporte libera al individuo de las normas cotidiana que le impone el trabajo, dejando que el estrés represado en sus horas laborales se desborde en las tribunas o frente a una pantalla de televisión, sintiéndose en un participante activo del espectáculo, sufriendo y gozando de los resultados y desde su casa, tratando de incidir en ellos.

Esa revolución deportiva, obligó a la necesidad de atender un gran sector de la sociedad, que sin ser atletas de alto nivel, se dedicaba a la práctica deportiva como una actividad física para la salud o como una forma de recreación.

De allí que el modelo deportivo mundial y el venezolano, inclusive, estén orientados en dos direcciones, el Deporte para Todos o deporte de masas y el Deporte de Rendimiento o de alto nivel. El Deporte de Rendimiento es llamado deporte élite, porque comprende todas aquellas actividades tendentes a que el atleta alcance su más alto resultado deportivo posible. Este modelo comprende, entre otras, las etapas de detección y selección de talentos deportivos, formación deportiva y alta competencia.

En Venezuela, el modelo denominado Deporte de Rendimiento tiene sus inicios casi simultáneamente con el siglo pasado y se ha desarrollado consistentemente con la utilización de las ciencias aplicadas, herramientas metodológicas y tecnológicas de última generación, aunado a una mejor preparación de los entrenadores dedicados a aplicación, supervisión y control de los planes y programas de entrenamiento deportivo de los atletas venezolanos. En el Deporte de Rendimiento se presenta una gran carga agonística y el aspecto lúdico es proporcionalmente mucho menor.

Bajo esta percepción, el atleta es sometido a fuertes cargas de entrenamiento en un número importante de horas de trabajo diario, en forma planificada y utilizándose métodos modernos. Además, el atleta de rendimiento realiza su actividad de entrenamiento en etapas denominadas  macrociclos en lapsos muy prolongados. La planificación deportiva de un atleta de nivel olímpico puede ser superior a los veinte años y se divide en Ciclos Olímpicos, tomándose en consideración que un ciclo olímpico tiene una duración de cuatro  años, lapso entre un evento y otro.

Adicionalmente el Deporte de Rendimiento se denomina también Deporte Espectáculo, siendo éste el de más alto nivel, además en él intervienen los medios de comunicación con una mayor intensidad, vale decir, el deporte profesional y el deporte olímpico.

Por otro lado, el Deporte para Todos o deporte de masas es aquel orientado a un número mayor de personas que sin discriminación por diversidades funcionales, grupos etéreos, sexo u otras diferencias, realizan actividades deportivas. En el modelo Deporte para Todos, la carga lúdica es superior a la agonística, aunque esta última casi siempre está presente. Es decir, permanentemente subyace el deseo de superación de un rival, una marca personal o un reto a las propias capacidades o la superación de hipotéticas limitaciones.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, se plantea una problemática en nuestra sociedad a la cual no ha escapado nuestro país, el modelo Deporte para Todos cada vez se asemeja más al Deporte de Rendimiento. Él se ha desvirtuado y ha tergiversado su filosofía y estructura para convertirse y priorizarse como un deporte con una gran carga agonística. Es así que se tiene en el Deporte para Todos un ciclo olímpico o preolímpico, selecciones, alta competencia, atletas élite, giras mundiales de preparación, tecnología de última generación, aditamento que hace a un atleta obtener resultados deportivos superiores a su capacidad física. Se escogen “Selecciones” y se desecha al que no cumple con parámetros cuantitativos.

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En ese contexto emergen las siguientes interrogantes ¿Se debe invertir el 95% del presupuesto en el 5% de los deportistas? ¿Debe invertirse grandes recursos en selecciones nacionales de atletas élites para lograr altos resultados deportivos, descuidando a las grandes masas? ¿Debe ser el Deporte para Todos cada vez más sofisticado y adaptarse a un mundo dominado por los medios y redes sociales?

Una respuesta a estas preguntas sobreviene por la filosofía misma de ese modelo deportivo, el cual fue promovido para lograr la inclusión en el mundo deportivo a personas que no tenían oportunidad en el Deporte de Rendimiento, pero ahora ese mismo deporte de masas se ha transformado en un deporte de élite y excluyente. Se invierten grandes sumas de recursos en unos pocos descuidándose a la mayoría. Los municipios invierten los escasos recursos presupuestarios en costosos eventos que resaltan al atleta de alto nivel y relegan a un segundo plano al atleta participativo, que teniendo poca oportunidad de triunfar, representa el 95% de la participación.

Se organizan eventos por gobiernos nacionales, regionales o locales en donde se prevalece el vencer al adversario u obtener un premio en dinero y no se promueve valores como la solidaridad, la participación y el amor hacia el prójimo. Se realizan eventos en donde una gran mayoría de participantes subsidian a una minoría que tiene acceso a las premiaciones. Simultáneamente en los grandes sectores sociales la actividad deportiva se ve disminuida por falta de material y promotores deportivos, precarias o inexistentes instalaciones deportivas.

Por añadidura atletas que practican una actividad deportiva normalmente, son inducidos a desmejorarse para ingresar a la categoría de atleta especial. Atletas que utilizan una silla de ruedas únicamente para competir y cuyo precio es costoso, mientras otros no tienen dinero para adquirir una silla ordinaria para trasladarse.  Es decir el Deporte para Todos se ha transformado en un deporte de incluidos a una actividad excluyente.

Igualmente tenemos que una gran masa de personas son excluidos de la actividad deportiva por no poseer alto nivel competitivo; ciudades que no cuentan con urbanismos que tengan en consideración a personas con diversidad funcional, actividad mediática ausente en competencias del Deporte Menor, poca importancia a la Formación Deportiva y peor aún, falta de estímulo para la formación de valores humanos en que vencer al adversario no sea un fin último.

Por otra parte y para tratar de ilustrar el contexto, imaginemos la organización deportiva como una pirámide, el Deporte de Rendimiento representa la cúspide y en el punto más alto se encuentra la alta competencia, dentro de ese punto y visible casi microscópicamente se ubica el deporte élite o espectáculo. En esa misma pirámide la base o parte más ancha viene representada por el deporte de masas o Deporte para Todos. Éste representa significativamente, un área mayor. Es evidente que si la base de esa pirámide es más ancha, más alta podrá ser la cúspide. Allí reside la importancia del Deporte para Todos como instrumento para alcanzar niveles óptimos en el Deporte de Rendimiento.

Es necesario reivindicar la frase “Deporte para Todos” y no el deporte para unos pocos, de esta manera estaremos construyendo bases sólidas para la formación de una ciudadanía imprescindible para confrontar las amenazas que acechan a nuestra sociedad actual y futura.

juliangarr@yahoo.com